
Un día os hablé de él como una de mis debilidades. El Dr. Pedro Cavadas es una persona que admiro. Sigo su trayectoria fielmente, no me pierdo ninguna de sus entrevistas o documentales y ando pendiente de todos sus avances en el mundo de la medicina.
Ayer por la tarde estuve en su fundación, un lugar que habla de él en cada rincón. Para empezar, la presencia de África es palpable en las paredes, en los adornos, en las fotos.
Hubiera preferido verle en otra parte, en una conferencia o circulando con su bici por la calle, pero a veces las cosas no se eligen, surgen simplemente y suceden.
Hay un peregrinaje constante de pacientes que ponen todas sus esperanzas en esta eminencia de la ciencia. Entran, salen, les saludan por su nombre con cierta familiaridad.
Pensé que iba a estar nerviosa al sentarme frente a él, pero para nada. Aluciné un poco, me parecía irreal estar en su despacho. Es muy bonito, moderno, grande, familiar. Está presidido por la foto de sus dos hijas, sin duda son su debilidad.
Lo primero que me sorprendió de mí misma, es que mi mirada, se fue directa a buscar sus manos. Las tuve cerca, lo suficiente para poder observarlas muy bien. Unas manos especiales, que han salvado muchas vidas, que han ayudado a calmar el dolor de muchas personas y han devuelto la esperanza y la sonrisa a muchas otras. Manos poderosas.
Me llamó la atención que es grande, en todos los sentidos. La percepción que ofrece la televisión a veces es engañosa, es alto y delgado, pero real, afortunadamente.
Sus formas. Un saber estar apabullante. Se mantiene en su sitio y te ofrece al mismo tiempo confianza, sabe romper el hielo, combinar lo formal con lo informal, en definitiva, consigue que una se sienta cómoda en su presencia.
Otra de las cosas en las que me fijé, fue en su agenda, repleta de citas, de operaciones, de escritos con tinta azul. El futuro programado.
Cierta filosofía al expresarse, rotundo, convencido, tanto que te convence a tí. Muchísima seguridad en sí mismo, naturalidad también.
Lo mejor, fue el momento en que nos explicó porqué escribía con un boli con forma de dinosaurio que le había regalado una de sus niñas, y nos enseñó como el dinosaurio en cuestión tenía luz dentro de la boca, fue divertido y espontáneo. Lo peor, que descubrí que nadie es perfecto, tiene un defecto, o algo que yo considero un defecto, y no, no lo voy a desvelar, me lo reservo para mí. Sigo viéndole con los mismos ojos.
Fundación Pedro Cavadas.
www.fundacióncavadas.com
Cuenta nº 0030 3050 91 0000106271
EMAIL: fundacion@pedrocavadas.org
La fundación trabaja sobre todo con niños africanos que pueden recibir de este modo tratamientos reconstructivos que de otro modo jamás tendrían. Algunos de ellos, por su complejidad, son traídos a España para ser operados en condiciones óptimas.